Si bien Chile cuenta con tasas de participación neta elevada en el nivel parvulario (91% en 2015), esa participación ha ido bajando entre 2007 y 2012 (desde 97.5% hasta 93.1%, UNESCO). En cuanto a la calidad de los servicios entregados, los jardines infantiles reciben en general escasos recursos, lo que se traduce, por ejemplo, en educadores poco formados. Éste diagnóstico general esconde realidades muy distintas entre establecimientos privados y públicos. Existe una amplia literatura que converge en decir que, finalmente, el sistema educativo chileno (e incluso la educación inicial) tiende a reproducir desigualdades iniciales de carácter social y económico (MINEDUC, 2015).

Entre 2008 y 2011,  el Centro de Políticas Comparadas en Educación (CPCE) de la Universidad Diego Portales, en colaboración con la Universidad de Harvard, llevó a cabo un estudio experimental con grupo de control para evaluar la calidad de las prácticas docentes. Se enfocó en su conocimiento de la metodología UBC, las habilidades de lenguaje de los niños y su comportamiento social. La prueba controlada aleatorizada incluyó 1.876 niños, 140 educadores y 110 técnicos repartidos en 64 escuelas de la Región Metropolitana. Este estudio dio comienzo al proyecto propiamente tal, que ya lleva 10 años en funcionamiento.

Los últimos resultados entregados pertenecen a cohorte Cachapoal 2014-2015, que ya incorporaba la Metodología de Mejora Continua. Los datos de ésta fueron analizados por el investigador Ernesto Treviño y su equipo. Se desarrolló en la Provincia de Cachapoal en la VI Región: 9 comunas, 23 escuelas, 23 salas.

En palabras del investigador a cargo del análisis, “mejorar las prácticas pedagógicas a través de la construcción de capacidades de enseñanza en los equipos de sala y de la escuela; aumentar el tiempo efectivo de enseñanza y aprendizaje a lo largo de la jornada escolar e incrementar la asistencia de los niños (…) UBC logró impactos significativos en lenguaje, desarrollo socioemocional y función ejecutiva”. Esto debido a que se mejoró continuamente la intervención, a que hubo una maduración del programa y a que, al igual que los equipos de escuela y sostenedores, el mismo proyecto UBC implementó la mejora continua para sí.

Los resultados de UBC (Cohorte Cachapoal 2014-2015) son sobresalientes en todos los ámbitos.Resultados en lenguaje como en la identificación de letras y palabras el efecto promedio es de 0,3 desviaciones estándar. En  escritura emergente y comprensión de textos es de 0,3 y 0,2 desviaciones estándar respectivamente. Los resultados en función ejecutiva, es decir, en el control inhibitorio y  la autorregulación motora presentan un  efecto de 0,2 desviaciones estándar. Por último, en cuanto al desarrollo socioemocional se observa un efecto de 0,2 desviaciones estándar en comportamiento externalizante y de un 0,5 en comportamiento internalizante, comportamiento pro-social, atención  y control de implusos. Como consecuencia, los niños de UBC, en mayor medida que los del grupo de comparación, esperan su turno, piensan antes de actuar, pueden estar tranquilos y no interrumpen las actividades del curso.

Impacto de las intervenciones:

Gráficos: Impacto medido en desviaciones estándar del grupo de intervención en comparación al grupo de control